El riesgo socio-ambiental desde la perspectiva del sector financiero
- kai5en
- 7 jun 2016
- 2 Min. de lectura

¿Por qué el riesgo socio-ambiental es importante para las entidades financieras?
Lo es por el simple hecho de que las entidades financieras prestan a empresas clientes que podrían conocer problemas socio-ambientales y también financian proyectos nuevos o a expansiones que también pueden tener esos problemas.
Se trata antes que todo de riesgo crediticio, pues el que presta a una empresa o proyecto que encuentra problemas socio-ambientales está en riesgo de perder no sólo una parte de lo que financió, sino incluso de perder el 100 % de su exposición, en caso de conflictos especialmente agudos en los que se vea envuelto el deudor.
Los riesgos que están más propensos al tema socio-ambiental se pueden enlistar:
Riesgo a la reputación, por efecto de contagio. Si la empresa o proyecto al que se le presta termina con una mala reputación, lo mismo le pasará a uno.
Riesgo de país: hay bancos que terminan pensando en no aumentar o rebajar sus límites de exposición a países que están permanentemente sacudidos por conflictos socio-ambientales, porque piensan que es un síntoma de problemas institucionales estructurales que hacen menos seguros los créditos ahí.
Riesgo estratégico: una entidad financiera puede legítimamente hacerse la pregunta de si vale la pena financiar a empresas y proyectos con un fuerte potencial de problemas socio-ambientales, justamente por la combinación de riesgo crediticio, de reputación y país. Ello puede llevar a decisiones de evitarlos o de limitar ese tipo de exposición a un porcentaje mínimo de la cartera.
¿Qué hacen las entidades financieras para gestionar el riesgo socio-ambiental?
A partir de los años 90, se vio que el enfoque ambiental era claramente insuficiente, pues se fue descubriendo en toda su dimensión el riesgo socio-ambiental. Numerosos bancos internacionales se veían envueltos en problemas que además de afectarlos en su reputación, les creaban pérdidas crediticias.
Ello llevó en el 2006 a la publicación de 8 indicadores de “performance de estándares”, entre ellos están los relacionados con las políticas de adquisición de tierras y de reasentamiento de poblaciones afectadas, la protección de la bio-diversidad, la toma en cuenta de los pueblos originarios, los esfuerzos por la seguridad y salud de las comunidades.
Cada vez más bancos, sea voluntariamente o más o menos obligados por los reguladores/supervisores, gestionan el riesgo socio-ambiental o el ambiental y el social separadamente. En grandes bancos internacionales existen incluso áreas especializadas o “consultores internos” que aportan su opinión en el proceso crediticio y es el caso en por lo menos un par de bancos peruanos.
Conclusión:
Las instituciones financieras se están convirtiendo de manera creciente en un vector del desarrollo de la gestión del riesgo socio-ambiental, pues por sus enfoques de gestión del riesgo crediticio, van haciendo que las chances de obtener financiamiento para una empresa o un proyecto que no tomen en cuenta el riesgo socio-ambiental se vayan reduciendo. Por supuesto, en períodos de auge crediticio se podrá ver a veces un cierto relajamiento al respecto.
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